¿Por qué rayas los libros? Lectores que marcan sus libros

lunes, 15 de enero de 2018

De la misma manera en que hay escritores diferentes, hay lectores diferentes.

Están los que aman más el romance, están los que aman la ciencia ficción, están los que doblan el borde de las hojas para no perderse la página, están los que plastifican sus libros y los guardan en un estante para la posteridad, están los que rayan los libros y los marcan en las frases que más les han impactado.

¡Monstruos!

Hay quienes se horrorizan cuando les mencionan las palabras "rayar" y "libro" en una misma oración. Pero yo sí marco mis libros y me encanta. Claro que uno no lo hace con el objetivo de vandalizar los libros (un verdadero amante de los libros jamás lo haría). Una persona que dice amar la literatura nunca arrancaría páginas del mismo o lo rayaría como un niño a la pared sólo por el mero gusto de destruir, no.

Sin embargo, pienso que las personas son quienes les dan vida a los libros y lo hacen por medio de personalizar los mismos. Es como dejar tu marca en él y decir "yo estuve aquí. Marqué esta página con un marcador azul porque no encontré mi marcapáginas y subrayé esta frase porque me impactó ". Un libro carente de esos toques personales es casi uno sin vida y sin algo que lo haga ser especial para alguien.

Compro, sin ningún problema, un libro personalizado con esos detalles. No tanto toparme con anotaciones especiales en ellos, realizadas por los dueños anteriores, pero los tolero con curiosidad. Creo que es una forma de conocer a las personas que han dejado su huella en estas preciosidades (claro, en lugares que no obstaculicen la lectura).

Me encanta el olor a libro y ser de las primeras en abrir las páginas de uno nuevo, pero no siempre puedo gastar dinero en libros sellados, por lo que acudo a librerías de segunda mano, y se me hace extraño cuando los libros vienen sin una marca tan siquiera (muchos libros usados lucen bien cuidaditos).

Tampoco incito a alguien a que lo haga, ni tampoco a que vean a quienes lo hacen como unos monstruos (incluyéndome), cada quien tiene su manera de amar un libro.

Por ejemplo, no me gusta doblar las hojas, jamás lo he hecho ni lo haré, pero hay quienes lo hacen y no por eso dejan de amar su libro o le quitan valor. Pero OJO, hacer eso los daña más rápido.

Nada de lo dicho aquí aplica para libros prestados o lecturas de Biblioteca. Hacer esas cosas en propiedad ajena ya no cuenta como personalizar el libro con tu esencia, sino todo lo contrario. Estás haciendo mal, pues estás quedando como un vil destructor a otros ojos y, peor, como alguien a quien nunca le confiarían un libro de nuevo.

Me encanta que, cuando hago re-lecturas —después de mucho tiempo porque dejo a los libros reposar—, me encuentro con anotaciones que ni yo misma recordaba y me trae a memoria sucesos del pasado y razones del por qué lo hice. En otras, lo recuerdo a duras penas, pero el proceso es toda una aventura entre el leer el libro y recordar el momento en que comencé a plasmar mis dudas y marcar mis frases favoritas en él.

En esta vida de lectura he conocido a todas las clases de lectores conocidas, e incluso les he preguntado a todos su punto de vista y, como dije, cada quién tiene sus razones válidas y no están tampoco de acuerdo con el vandalismo a los libros ni ha que se les llame "monstruos".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

_____Entradas por fecha_____