Opinión al relato "deja a los muertos en paz" de Ernst Raupach

viernes, 15 de diciembre de 2017


SINOPSIS


Walter, un noble de Burgundia, casado en segundas nupcias de luna , se lamenta junto a la tumba de Brunilda, su amante de juventud y primera esposa cuando a medianoche se encuentra con un hechicero que está recogiendo hierbas para sus sortilegios. El hechicero le plantea la posibilidad de devolverle a su amada, aunque le advierte que es mejor dejar a los muertos en paz. Sin embargo, Walter desecha la advertencia y acepta que el hechicero le ayuda a recuperar a su amada Brunilda.

El hechicero acepta y resucita a la primera esposa de Walter, quien la lleva a su castillo antes del alba. Obsesionado por haberla recuperado, Walter expulsa a su segunda esposa Swanhilde de su lado y convierte a Brunilda en la dueña de su hogar. Sin embargo, la nueva señora llena de espanto a los criados, que impone un gobierno implacable sobre todos los que la rodean y al mismo tiempo comienza a alimentarse de sangre.

Pronto comienzan a surgir rumores de la aparición de una peste que siembra estragos en la población, y aunque muchos sospechan de la señora del castillo no se atreven a enfrentarse a ella. En su insaciable sed de sangre Brunhilde mata a los dos hijos de Walter y Swanhilde, y comienza a alimentarse de Walter, y sólo entonces éste se da cuenta del error de sus actos.

LOS DEMÁS DETALLES

Este libro lo descubrí mientras buscaba relatos cortos que pudiese leer en unas pocas horas o menos de una hora (como este caso) para sentir como he leído más en este año de lo que realmente fue.

Lo leí directamente desde una página web, pero creo que puede descargarse desde cualquier banco de libros online al tratarse de un clásico literario.

MI OPINIÓN

Como se puede leer más arriba, el relato nos habla de Walter y sus deseos de volver a ver al gran amor de su vida, Brunilda, pero lo que regresa no es más que un horrible monstruo de ultratumba.

Para mí es maravilloso ver como en un relato de tan pocas páginas se puede decir tanto de la naturaleza pasional en la juventud y los defectos que trae consigo (no es decir como si la juventud, en término general, es inconsciente en sí misma; pero ser arrastrados por la pasión más que a la razón, es algo característico de la edad de oro).

Desde el comienzo de la historia puede verse el sufrimiento de un hombre que nunca dejó de amar, que extraña con locura al primer amor de su vida, y que en sus sentimientos egoístas desprecia por completo el amor y la compañía de su segunda esposa, Swanhilde. Es en estos primeros detalles donde reluce el ferviente corazón joven de nuestro protagonista y se impone el impulso por sobre la razón; hecho que queda confirmado conforme vamos avanzando en su lectura.

Es Walter quien se niega a escuchar los consejos del hechicero, quien más de una vez le advirtió de los peligros de no dejar a los muertos en paz. El deseo de tener al amor de su vida devuelta a sus abrazos es algo que le permite escuchar solo el sonido de su propio corazón palpitante; no razona ni comprende la magnitud de la advertencia.

—¿Por qué, infeliz, te atormentas así? No debes lamentarte por los muertos, pues tu también morirás algún día. Al llorar por ellos no los dejas descansar.
(El hechicero) 


La escritura de Raupach está enfocada en narrar los hechos tal cual para que el lector se lo imagine y pueda visualizar sin muchas complicaciones lo que está sucediendo a su alrededor. Comprender los sentimientos que llevaron a nuestro protagonista a desencadenar los sucesos acontecidos en la historia.

¿Qué representa Brunilde para mí en este relato?

Pues ella representa el anhelo perdido en el tiempo, la falta de voluntad para dejar ir el pasado menospreciando el presente, es aquello a lo que te aferras y no te permite avanzar.

No busco hacer spoiler ni me gusta hacerlos, sólo puntualizar que en este relato el vampirismo es una maldición surgida tras romper el tabú, que condena tanto al que la lleva como a los que le rodean. Lo irónico es que no es el vampiro quien causa su propia corrupción, como suele verse en historias de este tipo, pagando después las consecuencias, no. Es el propio ser humano reflejado en el personaje de Walter el culpable de su propia maldición y desgracia.

Deja a los muertos en paz puede ser tomado como referencia para explicar el cómo aferrarnos al pasado puede hacernos daño, del mismo modo que un amor ciego puede causar nuestra propia desgracia. Obsesionarnos con el pasado nos hace desperdiciar lo que está en el presente para luego lamentarlo, cosa apreciada a través de Walter y su relación con su segunda esposa, Swanhilde.

¿Quién era el hechicero en este relato?

La voz de la razón que Walter no quiso escuchar, completamente entregado al sonido de su propia voz. Algo que considero curioso, pues Ernst Raupach fue criado bajo el ceno de una familia muy religiosa en aquella época e incluso estudió teología. Lo menciono porque la religión y la hechicería son antagonistas la una de la otra, y más en aquella época, antes y durante 1823 (año en que publicó su relato).

Considerando que el escritor recurriera a un antagonista (en el sentido del bien y el mal) como al bueno, da a entender que Raupach (posiblemente) consideraba a una persona buena o mala dependiendo de su carácter; pues normalmente los hechiceros protagonizan una cadena de historias en las que ellos eran siempre los villanos y nunca tenían nada bueno para aportar a nadie; salvo en este relato en donde la conducta del anciano, guiado quizá por un sentimiento de bondad, lo lleva a advertirle a Walter los peligros de juntar al mundo de los muertos con el mundo de los vivos.

—Querías amar a una muerta, acostarte con ella. ¿Que esperabas?
(Brunilda) 

Creo que toda obra tiene un significado intrínseco aunque no tiene porqué ser como lo expongo en este blog. Incluso una idea simple puede ser la respuesta: "los muertos, muertos están" o "puede que lo que pidas no sea lo que recibas". Todo lo dicho aquí procede de mi propia interpretación y de como me pareció en su momento.

En lo personal me gustó el relato, tanto como para una futura relectura. Es una historia muy cortita y no causa ninguna pesadez al leer. Pero recomiendo la lectura en inglés (si lo sabes, obvio), ya que es un texto más completo que la traducción en español (que es bastante resumida).


DATOS HISTÓRICOS

Deja a los muertos en paz (Laß die Toten ruhn) (1823), también traducido como No despertéis a los muertos es un cuento de vampiros escrito por el autor alemán Ernst Raupach, aunque durante mucho tiempo fue atribuido a Johann Ludwig Tieck.

Este relato fue publicado en 1823 en las páginas de Minerva, una revista literaria de Leipzig. Ese mismo año el cuento fue traducido del alemán al inglés en el primer volumen de Popular Tales and Romances of the Northern Nations con el título Wake Not the Dead y no sólo fue atribuido erróneamente a Tieck, sino que además se eliminó el soneto introductorio, con numerosas lagunas y episodios omitidos una veces por descuida y otras por censura.

Deja a los muertos en paz toma su título de Lenore (1774), la balada vampírica de Gottfried August Bürger, y la trama guarda bastante semejanzas con El vampiro o La novia difunta (1822) de Heinrich Ludwig Ritter, así como otros relatos anteriores como El vampiro de Polidori y Los vampiros de Charles Nodier, utilizando el tema de la amante macabra que regresa del sepulcro para atormentar a su amado.

Hasta pronto. 

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